¿Por qué debemos restaurar los faros del coche?
La industria del automóvil lleva más de dos décadas empleando las ópticas de policarbonato en sustitución de los faros de vidrio. Son más fáciles de moldear en formas y perfiles que en vidrio sería muy complicado de realizar, ofrecen mejor calidad óptica en cuanto a la reflexión de la luz y además llegan a pesar hasta un 40 por ciento menos que su homólogo de cristal.
Por contrapartida, el paso del tiempo, elementos atmosféricos como la lluvia o la contaminación y la acción de los rayos ultravioleta del sol hacen que la apariencia de los faros de los vehículos fabricados en policarbonato vaya tornándose amarillenta, blanquecina y hasta opaca en muchos casos.
Llegados a este punto conviene pensar en la posibilidad de realizar una restauración de faros. Ya no por motivos estéticos, que también, sino porque la merma en la visibilidad que nos ofrecen por la noche puede hacer de la conducción algo peligroso, aumentando considerablemente tanto la fatiga visual como la posibilidad de tener un accidente.
Sin olvidar que en la revisión de la ITV, el hecho de llevar unos faros en mal estado puede incurrir en una falta grave y en una inspección desfavorable.
Restauración de faros
En Fosglass realizamos restauración de ópticas de policarbonato en las que primeramente retiramos toda la superficie de laca original perjudicada mediante un proceso de lijado y desbaste. Con una configuración específica de pasos de lija, de mayor a menor grano, conseguimos suavizar la superficie del faro hasta llegar al policarbonato desnudo. Y en un último y definitivo paso del proceso, se le aplica un polímero acrílico específico que vaporizado sobre la superficie de la óptica consigue que ésta vuelva a recuperar su brillo original. Devolviéndole además una protección contra los rayos ultravioleta y un aspecto rejuvenecido que cambia por completo la imagen del vehículo.
Pero ahora en Fosglass, no necesita esperar a que sus faros se deterioren para protegerlos contra todos esos agentes externos, e incluso contra la acción mecánica de tierra, piedras y demás elementos abrasivos que hacen que los faros vayan picándose, arañándose o hasta rompiéndose. Y por supuesto creando una barrera invisible contra esa radiación ultravioleta que los hace envejecer prematuramente.
Esta protección extra se consigue mediante la instalación de lo que se denomina PPF sobre las ópticas. El PPF (siglas en inglés de Paint Protection Film) es un tipo de film flexible adhesivo transparente compuesto de poliuretano y con unas propiedades auto reparadoras al recibir calor que se adhiere a la superficie del faro. Este tipo de film ha sido especialmente desarrollado para la protección de las carrocerías de los vehículos contra daños provocados por las citadas piedras, tierra, insectos, cepillos de lavaderos, etc. Tiene un grosor que suele oscilar entre las 150/180 micras con un acabado brillante que realza aún más si cabe el propio brillo del faro y le confiere además un mejor deslizamiento superficial y unas propiedades hidrofóbicas que harán mucho más rápidas y sencillas las operaciones de limpieza.”
